miércoles, 5 de octubre de 2011

Desayuno con diamantes


Se han cumplido 50 años desde que Audrey Hepburn nos eclipsó en "Breakfast at Tiffany's", desde entonces todas llevamos una Holly Golightly en nuestro interior, asustadas pero luchando por no pertenecer a nadie, intentando viajar autosuficientes a lo largo del mundo aunque nuestros días rojos no puedan ser suavizados por los destellos de los diamantes de  Tiffany's... ¿pero los necesitamos realmente? Me refiero al hecho de  reconfortarse en algo vano que distraiga nuestras mentes cuando tenemos un "día rojo", ¿o nos basta poner los pies en el suelo y valorar todo aquello que realmente sí tenemos? ¿necesitamos pertenecer a alguien y que alguien nos pertenezca para conseguir la felicidad, como asegura su partenaire en el film?

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